México, daño colateral en la relación con China

Lo más destacado de la Asociación Económica Integral Regional, promovida por el gobierno chino, es que logró conjuntar a Japón, Australia y Corea del Sur, además de todos los demás. Pero en el fondo, lo más importante es que dejó fuera a Estados Unidos.

Es uno de los daños más visibles, hasta ahora, de haber soltado el liderazgo de la economía más grande del mundo a un populista ignorante que se aprovechó de la rabia anti-sistema de millones de sus electores.

Pero hay daños colaterales de este cambio de estafeta en el orden del comercio mundial. Y lo que más nos debe importar es que México quedó bajo el ala proteccionista de Donald Trump.

El T-MEC era la única alternativa viable en los tiempos de Donald Trump ante el inminente sacrificio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Pero México no sólo aceptó cláusulas que pudo haber defendido, sino que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le quitó algunos de los mejores contenidos al acuerdo, como aquello de la integración energética que sí mantuvieron Canadá y Estados Unidos.

Y todavía le dieron una condecoración al jefe negociador de la 4T que le ató las manos a México en materia energética y aceptó que nuestro país no puede negociar con países como China.

De entrada, ese esfuerzo de rescatar los restos del naufragio del TPP por parte del gobierno mexicano murieron con el cambio de administración. La falta de pericia de este gobierno, más la total falta de ambición de ver más allá de lo que imponía Donald Trump hicieron que la 4T abandonara cualquier esfuerzo de integración con los damnificados del fin del Tratado Transpacífico.

México aceptó que el acuerdo comercial de Donald Trump para América del norte incluyera cláusulas que impedían a los países socios negociar con economías no enfocadas al libre-mercado, que fue el eufemismo elegido para marginar a China.

México quedó impedido, y conforme, con quedar marginado de buscar un mayor acercamiento con ese gigante asiático. China no se inmutó porque, sin acuerdo comercial, le vende lo que quiere a México.

Esa misma corta visión del gobierno mexicano, de echarse a descansar en el regazo del acuerdo comercial de Donald Trump es la misma miopía que dejaron ver en el regateo al triunfo de Joe Biden como virtual ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

El T-MEC es un vínculo legal de la relación comercial de América del Norte, pero es el acuerdo de Donald Trump, y los demócratas no lo olvidan, a pesar de haber dado su visto bueno en el Congreso.

Así que, además de ver la clase de facturas que pueden pasar los demócratas a los incondicionales de Trump en el gobierno mexicano, se ve difícil que en el control de daños que habrá de emprender el gobierno estadounidense en la relación comercial con el bloque asiático, pueda hacer equipo de buena gana con los mexicanos.

Al rescate

• El esfuerzo de rescatar los restos del naufragio del Tratado Transpacífico por parte del gobierno mexicano murieron con el cambio de administración. La falta de pericia de este gobierno, más la total falta de ambición de ver más allá de lo que imponía Donald Trump, hicieron que la 4T abandonara cualquier esfuerzo de integración con los damnificados del fin del Tratado Transpacífico.
• México aceptó que el acuerdo comercial de Donald Trump para América del Norte incluyera cláusulas que impedían a los países socios negociar con economías no enfocadas al libre mercado, que fue el eufemismo elegido para marginar a China.
• México quedó impedido, y conforme, con quedar marginado de buscar un mayor acercamiento con ese gigante asiático. China no se inmutó porque, sin acuerdo comercial, le vende lo que quiere a México.
• Esa misma corta visión del gobierno mexicano, de echarse a descansar en el regazo del acuerdo comercial de Donald Trump es la misma miopía que dejaron ver en el regateo al triunfo de Joe Biden como virtual ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Fuente:

Enrique Campos Suárez-https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Mexico-dano-colateral-en-la-relacion-con-China-20201117-0081.html